Días de agobio, trabajo y mucho calor, esto es lo que estoy pasando estos días, así que tengo poco tiempo para mi, para pensar y menos para escribir.
Hay ratos que como en la imagen, las horas no tienen fin, los días no pasan y lo peor es que casi no veo ni el sol, estoy encerrado en el despacho y solo veo las cuatro paredes en las que estoy encerrado.
En estos momentos es cuando pienso lo importante que es vivir cada momento, cada segundo, porque si lo dejas para otro momento, te puede pasar esto y no vivirlo, y te vas metiendo en una espiral, en la que todo es más impotante que tu, todo es tan importante, que nunca tienes tiempo para tu vida, para relacionarte con la gente a la que quieres y echas de meno, pero por otra parte, también es cierto que ahora me esta viniendo bien este tiempo de mi vida, en la que parece que voy caminando solo en el desierto, no porque nadie quiera acompañarme, si no porque no he dejado que nadie lo haga.
A todos nos vienen bien esos momentos en los que caminar solo nos hace más fuerte, nos enseña a que la vida es dura, y las heridas curan con el tiempo, aunque siempre esta la cicatriz para recordar que hubo herida y sobre todo para recordarnos lo más importante, que hemos vivido.
La soledad tiene una gran ventaja y es que ayuda a poner las ideas en orden y ver dónde nos encontramos,qué nos falta,qué echamos de menos.
ResponderEliminarDices que estás encerrado,en realidad estar encerrado es sentirse encerrado...como la soledad,uno no está sólo si no se siente solo.Pero te entiendo,ver pasar el tiempo y sentir cada segundo es doloroso y hace pesimista la perspectiva de ése tiempo,si ésa espiral de la que hablas que va estrechandote y ahogándote...todo pasa,lo bueno y lo malo,hay que confiar en que todo mejorará,vivimos de la ilusión de vivir pero como dices,el presente ha de tratarse con cuidado y procurar que si bien no es lo que deseas,pueda serlo,o introducir algún pequeño cambio para hacerlo más llevadero.
un saludo :)