¿Hasta cuando puede una persona vivir en su mundo de engaños y mentiras?, un mundo que ha creado para defenderse de si mismo, para causarse un dolor controlado y no dejar escapar ni un solo sentimiento de dentro de sus murallas, esas murallas que ha construido con esfuerzo, con lágrimas, con pequeños suspiros, sabiendo que lo que sentía era lo que le hacía feliz, sabiendo que estaba mal pensarlo y mucho más hacerlo, así que lo mejor fue construirse un castillo y vivir solo dentro de el.
Te pasas la vida defendiendo ese castillo para que no salga nada de el, pero no te quieres dar cuenta que las puertas que cierras son tanto de entrada como de salida, tanto quieres defender ese castillo, que pierdes lo mejor de la vida, la gente que te quiere.
A todos nos gusta ser reyes de nuestro propio reino, de ese mundo que nos creamos a nuestro alrededor para sentirnos fuertes, capaces y sobre todo importantes, eso es lo que más nos gusta, ser reconocidos por los demás, pero eso si, que solo conozcan lo que hay fuera de las murallas de nuestro castillo, porque lo de dentro, igual esta lleno de herrumbre y porquería, y eso no se lo vamos a dejar ver a nadie.
Otras veces, ese castillo es tan débil que enseguida viene el mar y nos lo derrumba, nos hace volver a la realidad, a ser la persona vulnerable y débil que todos llevamos dentro, y que no nos gusta ver a nadie, porque dejamos de ser importantes y pasamos a ser invisibles.
Yo he decidido que no quiero ser importante, que quiero ser invisible, o más bien que quiero ser yo, con mis inmundicias, mi herrumbre y mi porquería, porque señores, la tengo, la tengo como cualquier otro, tengo mi dolor como cualquier persona que hace lo que no quiere hacer, tengo mi dolor por dejar pasar la vida y no coger lo importante, porque siendo sincero, he pasado una etapa cuidando mi castillo, y abandonándome a mi mismo, y ¿sabéis lo que he conseguido?, dejar que la podría haber sido la reina de ese castillo se escape y ya no lo sea, así que desde aquí solo un consejo, “ser vosotros mismos, sin disfraces, sin castillos ni armaduras, simplemente intentemos ser felices con lo que la vida nos ofrece, unas veces dolor, otras risas y placer, así que vivir plenamente lo que cada uno sois, dejemos atado en las mazmorras lo que quisiésemos ser, porque luchamos por algo que no somos y eso nos encarcela de por vida”.
Te pasas la vida defendiendo ese castillo para que no salga nada de el, pero no te quieres dar cuenta que las puertas que cierras son tanto de entrada como de salida, tanto quieres defender ese castillo, que pierdes lo mejor de la vida, la gente que te quiere.
A todos nos gusta ser reyes de nuestro propio reino, de ese mundo que nos creamos a nuestro alrededor para sentirnos fuertes, capaces y sobre todo importantes, eso es lo que más nos gusta, ser reconocidos por los demás, pero eso si, que solo conozcan lo que hay fuera de las murallas de nuestro castillo, porque lo de dentro, igual esta lleno de herrumbre y porquería, y eso no se lo vamos a dejar ver a nadie.
Otras veces, ese castillo es tan débil que enseguida viene el mar y nos lo derrumba, nos hace volver a la realidad, a ser la persona vulnerable y débil que todos llevamos dentro, y que no nos gusta ver a nadie, porque dejamos de ser importantes y pasamos a ser invisibles.
Yo he decidido que no quiero ser importante, que quiero ser invisible, o más bien que quiero ser yo, con mis inmundicias, mi herrumbre y mi porquería, porque señores, la tengo, la tengo como cualquier otro, tengo mi dolor como cualquier persona que hace lo que no quiere hacer, tengo mi dolor por dejar pasar la vida y no coger lo importante, porque siendo sincero, he pasado una etapa cuidando mi castillo, y abandonándome a mi mismo, y ¿sabéis lo que he conseguido?, dejar que la podría haber sido la reina de ese castillo se escape y ya no lo sea, así que desde aquí solo un consejo, “ser vosotros mismos, sin disfraces, sin castillos ni armaduras, simplemente intentemos ser felices con lo que la vida nos ofrece, unas veces dolor, otras risas y placer, así que vivir plenamente lo que cada uno sois, dejemos atado en las mazmorras lo que quisiésemos ser, porque luchamos por algo que no somos y eso nos encarcela de por vida”.
¿Hasta cuando? Se puede vivir en ése castillo toda la vida.Todos somos conscientes de que llevamos dentro al héroe y al antihéroe,no somos ni fuertes,ni débiles en esencia.
ResponderEliminarSomos fuertes a veces frente a ciertas cosas,débiles frente a otras...fuertes o débiles según sople el viento y la sensibilidad de nuestra piel en ése momento.
Pero decir que somos débiles tampoco me parece acertado,tenemos una parte débil y la fuerza no es coraza siempre,hay fuerza de verdad la llevamos dentro y ésa fuerza nos ayuda también a ser valientes y enseñar nuestra vulnerabilidad.Ahora mísmo no veo que seas débil,más bien todo lo contrario.^^
un saludo
Como dice aylin, yo tampoco te veo debil. De hecho eres una de las personas mas fuertes que conozco.
ResponderEliminarEn cuanto a los muros... no se si de arena o de piedra, pero ultimamente creo que son muy necesarios. Hay veces que abres las puertas de tu castillo permites que te conozcan y "los malos" te invaden y desvalijan todo lo que tienes dentro... sobretodo esas cosas que tienen tanto valor, como la amistad y la confianza. Esas cosas son arrasadas y son muy complicadas de restablecer.
Yo tengo los muros arriba... muros de piedra para que no lastimen lo que hay dentro. No se si sere la reina ahi dentro, pero si se, que quien esta ahi conmigo es pq merece la pena.
Un besote