Reflejos

Hay días en los que la necesidad de tener ha alguien cerca de ti es más necesaria que otros, el sentir una caricia, el sentir que el corazón te da un vuelco, que las mariposas siguen en tu estómago, son esos pequeños detalles que hacen que cada día y cada momento sea completamente distinto al anterior y además que te ayuden a saber que tienes alguien a tu lado que puede hacer que tu mundo sea único.
De estas vacaciones me he traído muchos cosas que tenía olvidadas o que quería olvidar, pero hay una que la tengo muy en la mente, la imagen de la luna reflejada suavemente en el mar, el ver como a cada paso que daba, la luna estaba allí, enseñando todo su esplendor. Además cada día era distinto, porque situado en la misma posición, la luna no estaba en el mismo lugar, cada día estaba en un sitio diferente, pero majestuosa sobre el mar.
Quizá para muchos, eso sea algo bonito y nada más, ara mi significó mucho en esas noches, más que nada porque me hizo reflexionar en mi interior, y recordar una frase que una noche le dije a una persona, “La luna va cambiando, como las personas, nos da vueltas, y sin embargo siempre es la misma, y nos deja verla poquito a poco hasta que aparece en todo su esplendor y desaparece otra vez.”
Pues eso, que parece una tontería, son los sentimientos de las personas, en el fondo siempre los tenemos en nuestro interior, y los vamos mostrando poco a poco, cada persona, desde su perspectiva, los verá de una forma u otra, unas veces los verá creciendo, luego plenos, luego empezaran a menguar y al final desaparecerá, pero sin embargo el ciclo volverá a empezar.
Pues ese es mi ciclo con mis sentimientos de D/s, cuando creía que podía hacerlos desaparecer, va y resulta que no, que siguen estando reflejados en mi, como la luna se refleja en el agua calmada.