miércoles, 3 de junio de 2009

Experiencias II


Bueno, después de lo del bar, recuerdo que ya con 12 años, cuando salía del cole, iba a ayudar a mis padres en una fabriquita familiar de plásticos, si, merendar y a echar un cable, así hasta los 13 años.
Con esa edad acabe 8 de EGB, y por cosas de la vida al ir adelantado no podía entrar en el Instituto con esa edad, así que al final encontré un instituto que me dejaban ir, paro vaya, que casualidad que era nocturno, así que tenía tiempo de trabajar.
Con eso empezó mi trabajo más en serio, trabajaba de 8 a 14 y luego de 16 a 22 iba al instituto para poder hacer el bachiller de aquel entonces.
Por aquella época, ya descargaba camiones, cargaba furgonetas y levantaba bastante peso, pero claro era joven, y tampoco le daba mucha importancia, solo sabía que había que trabajar y estudiar, y además lo de estudiar me gustaba, no se me daba nada mal, y además mi ilusión era hacer ciencias exactas, me gustaban los números más que las letras.
Así pase mi juventud, desde los 13 a los 16, a esa edad termine el BUP, pero claro como no, todo se tenía que complicar, así que en aquel instituto no podía hacer el COU, por lo cual tuve que volver al instituto normal, pero claro, ya trabajaba, así que tuve que seguir en el nocturno, y aquello si me marcó, vaya si me marcó.
Bueno, resulta que con 16 años, ya había madurado bastante, y no me sorprendió encontrarme con gente mayor que yo, lo cual al principio me hacía sentirme realmente más mayor de lo que era, y con esa edad mola, pero claro va pasando el tiempo y te das cuenta que no pintas nada en medio de gente mucho mayor que yo, si, yo era el benjamín, tenía 16 añitos nada más y el siguiente más joven, si no recuerdo mal tenía sobre 19 años, no eran muchos, pero lo peor es que la media de edad de la clase estaba en 25 años, así que imaginad, a un niño (porque eso era) de 16 años, con gente de 25 años, empecé a sentirme desplazado, porque yo no hacía lo que ellos, así que me sentía muy fuera de lugar, y más cuando mi compañera de pupitre empezó a tirarme los trastos.
Pero bueno, lo importante de esto no es mi vida, sino mi experiencia en el trabajo, con el trabajo y para el trabajo, si aunque parezca raro así era, llegó un momento en ese tiempo que era más importante el trabajo que mis estudios, y si bien es cierto que cuando hacía falta podía estudiar, las ganas se fueron desvaneciendo poco, hasta que me sentí tan desplazado que a mitad de curso deje de estudiar para trabajar todo el día.

1 comentario:

  1. ala k chuli me gusta ademas asi descubromas cosas de ti jajajaja como ese 20% k esta escondio mas o menos bueno que me alegro poder leerte cada dia y conocer un poco mas de ti un besoy suerte con el blog
    Maria

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