Bueno, exactamente no se cuantos años tendría, pero no serían más de 10 u 11 cuando empecé mis primeras experiencias laborales, si, fueron de camarero en un bar, haciendo tortillas y ayudando en la barra, a servir, a fregar, vamos, lo que se suele hacer en un bar.
Esa experiencia fue en verano, cuando terminaron las clases y después algunos sábados y domingos iba a ayudar.
Aquellos eran otros tiempos distintos a estos y cualquiera tenía la obligación de echar na mano en casa, pero creo que tampoco fue por eso, simplemente me querían enseñar, que los perros no se atan con longanizas y que realmente ganar un sueldo, es duro.
Recuerdo que cuando era joven pensaba que aquello, era algo que no me gustó, lo veía como un castigo, pero ahora mirando atrás y viendo la juventud de hoy, pienso cuanta suerte tuve de que mis padres me hiciesen trabaja, porque sé lo que realmente cuesta la vida, lo que cuesta ganar el pan y lo que cuesta ganar algo de dinero para disfrutar.
Solo puedo darle gracias a mis padres por esa educación que me dieron, incluyendo lo que cuesta la vida, ahora muchas veces oigo gritos porque ven a un niño ayudar en casa, porque parece ser, que si trabajan no se educan, y yo se que no puedes poner a un niño a trabajar 8 horas, porque no es bueno ni para el ni para sus padres, pero si que se debería enseñar lo que cuesta la vida, lo que hay que sudar para pagarles la PSP, lo que se suda para darle los caprichos que necesitan.
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