Humildad y BDSM.

Ayer en una conversación, me propusieron escribir un post sobre la humildad en el BDSM, y acepte ese reto, hoy pensando que iba a escribir, veo que es un reto bastante difícil, primero porque hay que definir bien que es la humildad.
La humildad es algo que es muy difícil de definir, de hecho el diccionario de la R.A.E., tiene 3 acepciones para definirla, entre ellas, la primera nos habla del conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo a este conocimiento y en la tercera habla de su significado como de sumisión y rendimiento.
Ante esto y sin entrar en mucho análisis, podíamos decir que el BDSM cumple todos los requisitos para que tanto la parte dominante como la sumisa se puedan considerar humildes, ya que al comenzar la relación se han fijado unos límites, que son aceptados por los dos y por ahí ya le estamos diciendo a la otra persona cuales son nuestros límites.
Pero, (si, como siempre yo con mis peros), ¿realmente es eso lo que queremos expresar cuando hablamos de humildad?, yo creo que no, y me voy a explicar.
Normalmente las relaciones de BDSM nacen en una sala de chat, o en un local específico, ya que es una opción muy personal e incluso me atrevería a decir que algo que, no es que intentes ocultar, pero no lo gritas a los cuatro vientos, entre otras cosas porque nos tacharían de pervertidos y enfermos.
Bueno a lo que íbamos, pues como decía, los primeros contactos suelen ser impersonales, ya que no conoces de nada a la persona que hay detrás de la pantalla, y ya en esas salas de chat, empiezas por saber quien es Dominante y quien es sumiso por el nick. Una vez conocido esto, normalmente en las conversaciones de las salas resultan dos cosas muy claras, la primera que todos o la mayoría de los que aparecen como sumisos son los mejores sumisos que pisan sobre la faz de la tierra, la gran mayoría sabe de todas las prácticas y lo mejor que sabe como hacer feliz a un Dominante, (eso sin conocerlo de nada).
Y la segunda cosa que sacas en concreto es que todos los Dominantes son perfectos, todos saben como dominar, todos dominan las prácticas a la perfección y todos son lo que más felices harían al sumiso, (sin conocerlo tampoco, claro está).
Y lo bien es cierto que estas situaciones se dan a diario, en cualquier sala de chat, ofertas de sumisos a Dominantes sin apenas conocerse, sin saber sus limitaciones y sin ni tan si quiera saber mucho más de esas personas.
Pero ¿que pasa cuando esas personas continúan habitualmente sus conversaciones en el chat?, pues lo normal es que sigan manteniendo su papel de perfección, aunque ahora, bueno, quizá un poco menos porque ya empiezan a conocerse algunos defectos de las otras personas.
Una vez dicho todo esto, mi pregunta es, ¿queremos hablar de humildad o más bien de vanidad y engreimiento?
Normalmente, y esto es una opinión personal mía, el BDSM se caracteriza por que las dos partes son, altivas, vanidosas y engreídas, y por ende, nada humildes, lo digo por que todavía no he encontrado un Dominante que no diga que es el perfecto, ni un solo sumiso, (entre los cuales me incluyo yo), que no sea el perfecto sumiso.
Resulta que si hablamos de limites, la frase más conocida en este mundo es “los límites están para ir avanzando en ellos”, pero vamos a ver, que si yo tengo un límite y realmente me conozco, sé que es un límite, que quizá pueda hacerlo, pero lo que importa es ¿realmente quiero hacerlo?
La gran mayoría de Dominantes nos llegan a prometer, y esto sin prácticamente habernos visto la cara, que vamos a poder superar límites, ¿eso es humildad?, no, eso es prepotencia, porque una cosa es que me puedan ayudar a superar mis miedos, porque estén día a día a mi lado y otra muy distinta que me quieran hacer superar los límites que yo me he impuesto.
En cuanto a los sumisos, (que no me olvido de ellos), somos las personas más egoístas, vanidosas y engreídas que conozco, solo pensamos en nosotros mismos, en que somos los mejores para nuestro Dom, y que somos los únicos que podremos complacerles, ¡viva la humildad!
Mirar, todo lo dicho hasta ahora, es simplemente un pensamiento desde un lado de la situación, porque realmente, cuando cualquier aspecto de la vida lo miramos desde la perspectiva de la dominación o incluso de la sexualidad, ya no estamos siendo ni justos ni humildes, porque estamos considerando al otro como un objeto para nuestro placer, y entonces todo lo relacionado con la humildad desaparece.
No me mal interpretéis, cuando hablo de un objeto de placer, no hablo de que estemos jugando en ese momento, sino que realmente se considera algo de usar y tirar, y lo primero para ser humildes es que la persona que tenemos al lado es eso, persona.
Si lo vemos desde el lado vainilla, todo es igual, somos los mejores maridos, las mejores parejas y los que más felices vamos a hacer a las personas que tenemos a nuestro lado.
La conclusión con la que yo me quedo después de todo esto es que no es malo creerse que eres el único que puede hacer feliz a tu pareja, lo malo es creerte superior a cualquiera, porque en esta vida, nunca se es el mejor en nada, siempre hay cosas que aprender y gente de la que hay que aprender.