Triste compadreo de los turbios que con solemnidad celebran
pobres desamparados incapaces de romper los lazos atados
lazos invisibles, imperceptibles, fundidos en las entrañas
tristes cuerpos que sólo ven, cuerda, velas, tacones y farsa
ni la caprichosa vela zigzagueante, desata la cuerda que ciñe y amordaza
la palabra emponzoñada no pudre un alma
los que la duda sembraron en la arena, y una niña barrió con la mirada
porque las almas que se encuentran, superan, una cuerda forzada
una palabra mal intencionada, y la maldad humana.
La entrega voluntaria de una amistad tejida, mimada, cautivada
donde la fortaleza es el alma y la mediocridad allí no alcanza.
Brisheida y oculto son pasado, pero a Mayte y Rafa no podrán separarlos.
Mayte.
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