Todo ese estrés y ajetreo que llevaba empezó a interferir en mis relaciones familiares y de pareja, al final acabe yendo a un psicólogo que me diagnostico una depresión por trabajo, como primera parte del tratamiento, al margen de las pastillas que me hizo tomar, fue el tener que macarme un horario que no podía saltarme y sobre todo que empezará a estudiar, si, en una de las conversaciones y según me dijo después, eso me ayudaría a subir mi autoestima además de ayudarme a encontrar un trabajo mejor.
Al cabo de unos meses, aquello no mejoraba, así que su decisión fue mucho más drástica, tenía que dejar el trabajo, ponerme a buscar otro trabajo y a ser posible distinto del que tenía.
Ante aquello empecé a darme cuenta de muchas cosas, era el segundo trabajo que los médicos me obligaban a dejar por el bien de mi salud, entonces empecé a pensar que igual no era cosas de los trabajos, si no de mi actitud ante ellos.
Así que me puse manos a la obra, me jugaba mi familia, y no era plan de ello, así que me matricule en el curo de acceso a la universidad y empecé a enviar curriculums y a hablar con mis contactos para intentar localizar otro trabajo.
Ahí empecé a darme cuenta que realmente la experiencia que yo tenía no me servia absolutamente para nada, todo el mundo miraba el curriculum, y abría los ojos, pero claro, en cuanto llegaba a la parte de estudios, por muchos cursos que tuviese, master y cursillos de reconocido prestigio, no servía para nada, me estaba enfrentando a la titulitis, si, aquella cosa en la que no te valoran como persona sino por un trozo de papel que poder colgar en la pared, una realidad muy cruda para mi, que me había esforzado en intentar formarme lo máximo posible en la rama de la actividad que ejercía en fiscalidad y contabilidad de empresas.
Al cabo de un tiempo, por un conocido, me salió un trabajo en una multinacional de energías renovables, buscaban alguien que supiese de fiscalidad y dirección de empresas, así que empezamos con las entrevistas, con las reuniones con los informáticos, con la preparación para empezar a trabajar, pero llegó agosto y nos fuimos todos de vacaciones, dejando las cosas para retomarlas en septiembre.
A la vuelta de vacaciones, otra reunión recordatoria y fecha para empezar en octubre, así que me arme de valor y le dije a mi jefe que me iba, que tenía un mes para buscar a alguien porque yo dejaba la empresa, a el no le hizo mucha gracia, se cabreo un montón y me dijo que bueno que iríamos hablando, así que en esos días, recibí una llamada de la multinacional, el jefe de administración había fallecido en accidente de trafico y ya no se montaba la empresa, por lo cual ya no contaban conmigo.
Panorama, me había despedido, mi actual jefe estaba de morros conmigo y ya no tenía donde irme, así que vuelta a contactos y a enviar curriculums urgentes, tenía menos de 15 días para salir de la empresa y como era baja voluntaria, me veía en la calle y ni tan si quiera poder cobrar el paro.
Al cabo de 2 o 3 días me llamaron de otro despacho de mi localidad, me conocían y quería que empezará a trabajar con ellos, en esa primera reunión no quise contestarles, antes tenía que tener una última reunión con mis jefes, en esa reunión y con la carta bajo la mesa les di un ultimátum, o me ponían un horario normal, o tenía que irme por mi salud, respuesta, el trabajo es el que hay, si te interesa ya conoces el horario y si no, tienes la puerta, así que en ese mismo momento les dije que cogía la puerta, ante el cabreo monumental que estaba pillando mi jefe. Acto seguido, recoger y salir del despacho, bueno, yo al menos me iba con la conciencia tranquila de haber intentado hasta el final permanecer allí.
Al cabo de unos meses, aquello no mejoraba, así que su decisión fue mucho más drástica, tenía que dejar el trabajo, ponerme a buscar otro trabajo y a ser posible distinto del que tenía.
Ante aquello empecé a darme cuenta de muchas cosas, era el segundo trabajo que los médicos me obligaban a dejar por el bien de mi salud, entonces empecé a pensar que igual no era cosas de los trabajos, si no de mi actitud ante ellos.
Así que me puse manos a la obra, me jugaba mi familia, y no era plan de ello, así que me matricule en el curo de acceso a la universidad y empecé a enviar curriculums y a hablar con mis contactos para intentar localizar otro trabajo.
Ahí empecé a darme cuenta que realmente la experiencia que yo tenía no me servia absolutamente para nada, todo el mundo miraba el curriculum, y abría los ojos, pero claro, en cuanto llegaba a la parte de estudios, por muchos cursos que tuviese, master y cursillos de reconocido prestigio, no servía para nada, me estaba enfrentando a la titulitis, si, aquella cosa en la que no te valoran como persona sino por un trozo de papel que poder colgar en la pared, una realidad muy cruda para mi, que me había esforzado en intentar formarme lo máximo posible en la rama de la actividad que ejercía en fiscalidad y contabilidad de empresas.
Al cabo de un tiempo, por un conocido, me salió un trabajo en una multinacional de energías renovables, buscaban alguien que supiese de fiscalidad y dirección de empresas, así que empezamos con las entrevistas, con las reuniones con los informáticos, con la preparación para empezar a trabajar, pero llegó agosto y nos fuimos todos de vacaciones, dejando las cosas para retomarlas en septiembre.
A la vuelta de vacaciones, otra reunión recordatoria y fecha para empezar en octubre, así que me arme de valor y le dije a mi jefe que me iba, que tenía un mes para buscar a alguien porque yo dejaba la empresa, a el no le hizo mucha gracia, se cabreo un montón y me dijo que bueno que iríamos hablando, así que en esos días, recibí una llamada de la multinacional, el jefe de administración había fallecido en accidente de trafico y ya no se montaba la empresa, por lo cual ya no contaban conmigo.
Panorama, me había despedido, mi actual jefe estaba de morros conmigo y ya no tenía donde irme, así que vuelta a contactos y a enviar curriculums urgentes, tenía menos de 15 días para salir de la empresa y como era baja voluntaria, me veía en la calle y ni tan si quiera poder cobrar el paro.
Al cabo de 2 o 3 días me llamaron de otro despacho de mi localidad, me conocían y quería que empezará a trabajar con ellos, en esa primera reunión no quise contestarles, antes tenía que tener una última reunión con mis jefes, en esa reunión y con la carta bajo la mesa les di un ultimátum, o me ponían un horario normal, o tenía que irme por mi salud, respuesta, el trabajo es el que hay, si te interesa ya conoces el horario y si no, tienes la puerta, así que en ese mismo momento les dije que cogía la puerta, ante el cabreo monumental que estaba pillando mi jefe. Acto seguido, recoger y salir del despacho, bueno, yo al menos me iba con la conciencia tranquila de haber intentado hasta el final permanecer allí.
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