Empezaba una nueva vida, un nuevo trabajo en el que prácticamente no me conocían, al menos profesionalmente, y por supuesto pensé que todo iba a cambiar en rotundidad, y vamos si cambio.
Al llegar allí, me asignaron unos clientes, y mi trabajo consistía en atender la parte contable y algunos impuestos de aquellos clientes, así como ayudar al jefe en lo que necesitase.
Para aquel entonces yo estaba estudiando ya primero de ADE, había seguido los consejos del psicólogo y había aprobado el curso de acceso, así que bueno, era otro proyecto que tenía en marcha.
Al principio toso empezó a funcionar bien, tenía un horario que cumplía, tenía tiempo para estudiar y además en el propio trabajo aun me quedaba espacios muertos que usaba para adelantar mis estudios. Era algo impresionante, había encontrado un trabajo que me gustaba y además tenía tiempo de estudiar, una maravilla que no me podía creer.
Pero claro recuerdo que yo necesito estar estresado para poder sentirme a gusto en el trabajo, necesito tener cosas que hacer o empiezo a pensar, claro ese es otro de los problemas que siempre he tenido, que todo he de pensarlo y razonarlo, y hay cosas como los sentimientos, que no se razonan. Así que con esas prefestivas, empecé a ver que tenía demasiado tiempo libre, que realmente solo hacía una parte del trabajo, la parte más sucia, que luego el que realmente asesoraba y hablaba a los clientes era mi jefe, además cuando llego el momento de los exámenes, me dejaron bastante claro que en esa empresa no daban horas para los estudios, que era una de las normas, que bueno, ya que estaba matriculado antes de entrar que fuese, pero que era excepcional, así que el primer cuatrimestre me presente a algunos exámenes y el siguiente pues no me presente visto lo visto, y cuando llegaron las vacaciones, me dijeron que a mi me correspondía el mes de agosto sin más, claro yo les dije que necesitaba una semana en septiembre para poder presentarme a los exámenes, que entendía que no pudiese presentarme en mitad del año, pero que el no poder elegir las vacaciones, era algo que no entendía, total que me dejaron una semana para estudiar y presentarme, claro que me sirvió de poco ya que solo aprobé 4 asignaturas.
Bueno, desistí de seguir con mis estudios y decidí aceptar aquel trabajo como algo bueno que me estaba pasando, pero lo bien es cierto que mi carácter inconformista me hacía que cada vez se me hiciese más cuesta arriba llegar a mi trabajo. Así que al cabo de un tiempo decidí ponerme a buscar trabajo, otra vez, empezaba con los curriculums y con las entrevistas, otra vez a recordar que no tenía nada, que no era nadie y que sin el titulito no podía llegar a casi ningún sitio.
En navidades de aquel año me llamaron de un despacho en la capital, hice la entrevista y al final llegue aun acuerdo que me pareció razonable, bueno más que razonable, me ofrecían un horario justo y pocos clientes a los que había que asesorar, solo había un pero, que tenía que entrar ya, sin dejar plazo a la otra empresa para que encontraran a alguien para sustituirme, aquello no me hizo mucha gracia, porque mi intención es quedar bien en todos los trabajos, pero bueno, al final acepté la oferta pensando que era una buena forma de empezar el año.
Al llegar allí, me asignaron unos clientes, y mi trabajo consistía en atender la parte contable y algunos impuestos de aquellos clientes, así como ayudar al jefe en lo que necesitase.
Para aquel entonces yo estaba estudiando ya primero de ADE, había seguido los consejos del psicólogo y había aprobado el curso de acceso, así que bueno, era otro proyecto que tenía en marcha.
Al principio toso empezó a funcionar bien, tenía un horario que cumplía, tenía tiempo para estudiar y además en el propio trabajo aun me quedaba espacios muertos que usaba para adelantar mis estudios. Era algo impresionante, había encontrado un trabajo que me gustaba y además tenía tiempo de estudiar, una maravilla que no me podía creer.
Pero claro recuerdo que yo necesito estar estresado para poder sentirme a gusto en el trabajo, necesito tener cosas que hacer o empiezo a pensar, claro ese es otro de los problemas que siempre he tenido, que todo he de pensarlo y razonarlo, y hay cosas como los sentimientos, que no se razonan. Así que con esas prefestivas, empecé a ver que tenía demasiado tiempo libre, que realmente solo hacía una parte del trabajo, la parte más sucia, que luego el que realmente asesoraba y hablaba a los clientes era mi jefe, además cuando llego el momento de los exámenes, me dejaron bastante claro que en esa empresa no daban horas para los estudios, que era una de las normas, que bueno, ya que estaba matriculado antes de entrar que fuese, pero que era excepcional, así que el primer cuatrimestre me presente a algunos exámenes y el siguiente pues no me presente visto lo visto, y cuando llegaron las vacaciones, me dijeron que a mi me correspondía el mes de agosto sin más, claro yo les dije que necesitaba una semana en septiembre para poder presentarme a los exámenes, que entendía que no pudiese presentarme en mitad del año, pero que el no poder elegir las vacaciones, era algo que no entendía, total que me dejaron una semana para estudiar y presentarme, claro que me sirvió de poco ya que solo aprobé 4 asignaturas.
Bueno, desistí de seguir con mis estudios y decidí aceptar aquel trabajo como algo bueno que me estaba pasando, pero lo bien es cierto que mi carácter inconformista me hacía que cada vez se me hiciese más cuesta arriba llegar a mi trabajo. Así que al cabo de un tiempo decidí ponerme a buscar trabajo, otra vez, empezaba con los curriculums y con las entrevistas, otra vez a recordar que no tenía nada, que no era nadie y que sin el titulito no podía llegar a casi ningún sitio.
En navidades de aquel año me llamaron de un despacho en la capital, hice la entrevista y al final llegue aun acuerdo que me pareció razonable, bueno más que razonable, me ofrecían un horario justo y pocos clientes a los que había que asesorar, solo había un pero, que tenía que entrar ya, sin dejar plazo a la otra empresa para que encontraran a alguien para sustituirme, aquello no me hizo mucha gracia, porque mi intención es quedar bien en todos los trabajos, pero bueno, al final acepté la oferta pensando que era una buena forma de empezar el año.
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