Hay días en que los sentimientos se agolpan en tu mente, vienen recuerdos de conversaciones que te ponen alerta, recuerdo de imágenes de las cosas que te gustaría llegar a ver, y eso hace que realmente el alma vuele a una dimensión de libertad que no se alcanza en la realidad.
Si, porque la realidad es la que es, y por mucho que nos empeñemos, no hay nada más detrás, solo la imaginación, el deseo y vivencias que quieres que lleguen.
Porque la imaginación es un arma de doble filo, por un lado te lleva a la libertad, a concederte las cosas que la realidad no te da, sin embargo también te hace sufrir cuando intentas conseguir lo que has imaginado, cuando luchas por conseguirlo no llega, cuando te sientes cansado de pelear tu día a día.
Quizá solo sea un soñador al que la imaginación trastorna más que a otros, pero muchas veces, la vida es un conjunto de sueños, y siempre es bueno soñar, luchar por conseguir tus sueños, ver que algunos llegan, ver que otros están en camino, pero también ver como otros pasan y nunca llegan.
Muchas veces pienso que los sueños no son buenos, sin embargo cada día creo que es más necesario soñar y tener por qué levantarte, tener algo por lo que pelear ese día, objetivos que cumplir y cosas con las que soñar.
Todos los días es necesario tener en la punta de los dedos los deseos soñados, ver como van llegando, como estas a punto de tocarlos, para poder disfrutarlos en el momento en que se vean cumplidos, porque algunos, no son exactamente para tocar, sino para que te toquen, para sentir unas uñas en tu piel, sentir la palma de una mano golpeando tus nalgas, sentir el como el cuero golpea tu piel, notar las cuerdas rodeando tu cuerpo, apretándote, agarrándote, pero sin embargo, sentirte libre.
Ya lo decía el gran Calderón, "la vida es un sueño, y los sueños, sueños son".
lacayo.
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