lunes, 7 de febrero de 2011

21 Gramos

Hace tiempo escribí una entrada sobre el alma, sobre sus 21 gramos que dice que pesa e hice una comparación de que más o menos venía a ser el contenido de 4 sobrecillos de azúcar, hoy me ha venido de nuevo a la cabeza, porque como en aquel momento, hoy me pregunto como en una cosa tan minúscula se pueden meter tantas cosas de nuestra vida.
Si leyendo el título de mi blog, “echando a volar”, un título que un día puse, porque alguien dijo que mi alma volaba sobre un espacio que era inalcanzable para nadie, solo para quien yo dejara entrar en el, pero esa persona me engaño, porque no me dijo lo difícil que era dejar salir a quien en él entraba realmente.
21 gramos, un suspiro por donde se nos va todo lo que realmente somos, un suspiro por donde desperdiciamos la mayor parte de nuestra vida intentando encontrar nuestra felicidad y que luego con ese suspiro se nos ha ido todo, lo que somos, lo queríamos ser, y lo que los otros querían que fuésemos.
Hay momento que me siento muy avaricioso, uno de ellos es este, 21 gramos, y tanta es mi avaricia que no soy capaz de retener esos 21 gramos, porque son pocos, porque me pesan más que 21 toneladas y sobre todo, porque mi alma está rasgada y todo lo que meto va saliendo poco a poco hasta vaciarse, y sin embargo, el día que me vaya no podré llevarme ni eso, ni 21 gramos, me iré más vacío de lo que hoy me encuentro, recordando que una vez tuve 21 gramos y me pesaron 21 toneladas y su peso me hundió.



1 comentario:

  1. Qué entrada más bonita oculto...la verdad que el verdadero peso es todo lo que acumulamos,todas las maletas que arrastramos en la memoria y nos pesan y a veces incluso nos impiden caminar sin volver la vista atrás...

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