No sé si algún día leerás esta carta o si alguien cercano te hable de ella, pero en estos días necesito expresar todo lo que llevo dentro de mí, sé que tus palabras serán que podía haberte llamado, pero creo que voy entendiendo un poco tu postura, aunque no acabe de compartirla contigo.
Sé que tomé una decisión complicada, una decisión que aunque no lo parezca fue muy dura para mi, porque no era lo que deseaba hacer en ese momento, pero creo que fue lo mejor para los dos, igual parece que fue un acto de cobardía o algo bueno solo para mi, pero pensándolo fríamente creo que ha sido bueno para los dos, al menos se que no te he hecho sufrir más que lo justo, aunque nunca he deseado que sufras.
Ante todo he de decirte que siempre te he querido, que te quiero y que te querré toda mi vida, porque lo que contigo he vivido, difícilmente pueda dármelo nadie, ha sido corto, pero muy intenso, abriste ante mí mi propia alma y eso pocas personas son capaces de hacerlo, abriste además un mundo nuevo de sentimientos, me enseñaste a conocer mi interior, a sacar mis sentimientos al exterior, y eso te lo agradeceré toda mi vida.
En esta etapa que me ha tocado vivir he conocido la felicidad, la verdadera felicidad, y sobre todo, me he sentido amado, me he sentido cuidado y me he sentido útil para otra persona y creo que todo ello me ha llevado a saber que es verdaderamente enamorarse de una persona.
Sabiendo todo esto, lo más fácil era abandonarlo todo y seguirte, pero no sé si hubiese sido capaz de hacerte feliz durante mucho tiempo, tú me conoces como sumiso, creo que nunca me has visto de mal genio y enfadado, y creo que como persona no te hubiese llenado lo suficiente, y sumiso no podría ser las 24 horas del día.
Ahora entiendo el porqué decidiste apartarte radicalmente de mi, aunque me hubiese gustado poder disfrutar de tu amistad, pero sé que tanto como para ti como para mi eso hubiese sido casi imposible mantenerlo, porque sin saber nada de ti, soy incapaz de pasar más de veinte minutos sin acordarme de ti, y es que al final es tan cierta la frase aquella que dijiste, “estas tan cerca y te siento tan lejos”.
Una amiga común me preguntó hace un tiempo si seguía en el mundo BDSM o lo había dejado definitivamente, y no hago más que darle vueltas a esa pregunta, y solo encuentro una respuesta, por una parte sigo en este mundo porque mi corazón te pertenece, porque voluntariamente te lo he dado, siento que siempre seré tu sumiso, incluso ahora que estoy lejos de ti, pero por otro lado, creo que he de dejado este mundo porque ya no me interesa encontrar nada, lo que anhelaba y deseaba ya lo he encontrado, y sé perfectamente a quien quiero pertenecer y con quien quiero vivir este mundo, de hecho he marcado en mi piel tu símbolo, para que todo el mundo pueda saber a quien pertenezco.
Perdóname por lo que digo y más por el daño que te haya causado hasta el momento, pero siempre me has dicho que escribiese mis sentimientos y eso es lo que he hecho, porque llevo muchos días dándoles muchas vueltas y creo que a lo mejor así deja de estar en mi cabeza.
Que sepas que siempre estarás conmigo en mi corazón y en mis recuerdos, y que te deseo lo mejor, que seas la mujer más feliz sobre la faz de la tierra.
Siempre tuyo, te quiero.
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